lunes, 6 de enero de 2014

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Sonaba Atlas de Battles en el auto, veníamos de regreso de la paya. El viaje en carretera de noche se volvió hipnotizante con la canción de fondo, el cielo estrellado y oscuro, el asfalto iluminado sólo por las luces del auto; nos movíamos al ritmo de la música. Como se comienza a hacer costumbre -mi costumbre- había ido a Oaxaca a depurarme, a salir del D.F., a dejar la memoria en el camino, a vaciar los recuerdos por un hombre. Era de R de quien me iba. Viajábamos mi gran amigo Ai, su amigo y el hermano de éste. Y llegaría D. Lo conocí en la noche de ese año nuevo de 2007-2008, en Oaxaca.

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